Un nuevo respiro a la seguridad

Manuel Borbón Morales


(Lic. Ciencia Política y Administración Pública)


El día de ayer se concretó uno de los golpes al crimen organizado más trascendentales de los últimos años. Con la captura del líder del Cártel de Santa Rosa de Lima, José Antonio, alías “El Marro”, el Gobierno Federal en conjunto con el Gobierno del estado de Guanajuato, lanzaron el mensaje de combate frontal y en conjunto contra grupos del crimen organizado que tienen sumidos en una severa crisis de inseguridad, prácticamente al país entero.


Contrariando el discurso que ha mantenido el presidente López Obrador de abrazos y no balazos, esta detención brinda un nuevo respiro a la ciudadanía debido a la importancia que conlleva su captura y el contexto que se venía viviendo en el país durante los últimos meses, en los que parecía que el crimen actuaba sin tapujos y sin la más mínima vergüenza para cometer delitos a diestra y siniestra.


La captura del Marro cuenta con varias peculiaridades que abonan a la apertura de una luz al final del túnel, que brinde esperanza en que la situación si puede cambiar.


En primera instancia, tenemos que el Cártel de Santa Rosa de Lima, era identificado por los pobladores del Bajío mexicano por ser uno de los más implacables para cometer actos violentos en contra de grupos contrarios y autoridades de los tres niveles de gobierno, asimismo, dicho cártel cuenta con la particularidad de ser identificado como el principal “huachicolero” del país, siendo esta una de sus principales actividades. Por último, un caso a resaltar es la labor que se llevó a cabo durante bastantes meses para logar la detención de este criminal, esto debido a que, desde hace algunos meses autoridades federales pertenecientes a la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, así como de la Agencia de Investigación Criminal y la Unidad de Inteligencia Financiera estuvieron acorralando por diversos medios a los integrantes de la organización delictiva, lo que desembocó en una captura tersa y sin enfrentamientos que pusieran en riesgo a la ciudadanía.


Después de múltiples fracasos y malas noticias en materia de seguridad, la captura de este fin de semana representa un relanzamiento de las estrategias de seguridad pública tanto para el Gobierno Federal, como para los gobiernos locales de las distintas entidades del país, debido a que, a pesar de estar en contingencia, y que la mayoría de los ciudadanos se encontraban resguardados en sus hogares, la violencia no ha dado su brazo a torcer, esperemos que de cara a la reactivación económica y posteriormente social, las autoridades presenten una nueva cara para enfrentar al crimen de manera contundente y sin miramientos hacia quienes pisotean los derechos y el bienestar de los ciudadanos de bien.


Aún falta mucho trecho por recorrer, no podemos caer en el triunfalismo de quienes aplauden sin sosiego la detención de un delincuente, lejos estamos de salir de esta pesadilla que se ha convertido la cultura de la violencia y el narco en México, empero esta situación debe servir tanto a ciudadanos como a gobernantes como un punto de inflexión para trabajar en conjunto, poco a poco, para cambiar las circunstancias actuales.


La muestra ahí está, en el Gobierno Federal hay personas que saben que no es con abrazos solamente como se acabara con esta crisis que exige madurez en la toma de decisiones e implementación de políticas públicas integrales que incluyan en un modelo transversal a sociedad y gobierno.


“Cuando los tiempos se ponen difíciles, no nos damos por vencidos. Nos levantamos” -Barack Obama


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