El 19 de febrero de 1950 fue instaurado para celebrar a quienes entregan su vida para salvaguardar al país
La salvaguarda y custodia de una nación recae en una de las instituciones más sólidas de un país: sus fuerzas armadas, cuyos elementos están preparados hasta para dar la vida por su nación.
Y esto no es ajeno al Ejército Mexicano, que se formó en Coahuila, el 19 de febrero de 1913, luego del Congreso Constitucionalista, Libre, Independiente de Coahuila, precisamente luego de que Victoriano Huerta usurpara la Presidencia de la República mediante la Decena Trágica (golpe de estado).

Uno de los firmantes fue Venustiano Carranza, quien fue facultado para crear la fuerza armada a fin de restablecer el orden constitucional, trayendo consigo el Plan de Guadalupe, que desconocía el gobierno de Huerta.
El primer antecedente de una celebración para el Ejército se registró el 27 de abril de 1932, cuando se celebró el Día de las Fuerzas Armadas, en memoria de la gesta heroica de Damián Carmona durante el sitio de Querétaro, registrado durante la intervención francesa en 1867.

En esa ocasión, Carmona se encontraba de guardia cuando una granada pegó en su fusil; no obstante, y pese a la explosión, el soldado se mantuvo de pie y únicamente pidió un rifle nuevo para continuar en su puesto.
Sin embargo, no fue sino hasta marzo de 1950, durante la administración de Miguel Alemán Valdés que se establecería el 19 de febrero como el día del Ejército.
