Carmen Alberto Díaz Alamea, coordinador del Programa de Impulso al Turismo Rural de la Microrregión Masiaca, dijo que desafortunadamente muchas personas mayores no han transmitido sus conocimientos a las nuevas generaciones, lo que ha influido en un debilitamiento de este patrimonio cultural.
Mencionó que algunos saberes están a punto de extinguirse, como la elaboración de canastas de fierro, ollas de barro y productos de ixtle.
“Existe el saber, pero la práctica ya no se da”, comentó Díaz Alamea.
Informó que recientemente llevaron a cabo un diagnóstico, comunidad por comunidad en dicha comisaría, y se dieron cuenta del gran y valioso patrimonio que existe en la zona, pero también de las debilidades.
Masiaca representa una microrregión donde convergen 15 localidades con una gran riqueza competitiva en relación a otras zonas del Estado, resaltó Díaz Alamea, quien es también coordinador del Programa de Incubadora de Empresas del Instituto Tecnológico de Sonora (Itson).
Dijo que son alrededor de 90 personas las que desarrollan las actividades artesanales, entre las que destacan la talabartería, tallado de madera, bordado, el tejido tradicional, el tejido a base de lana de borrego, de colcha y caracol, cerda de caballo, ixtle y barro, entre otras.
Destacó que a través del Programa de Impulso al Turismo Rural se está buscando que las nuevas generaciones aprendan los conocimientos de sus ancestros, principalmente con el tipo de artesanías que están a punto de desaparecer.
Agregó que en algunos casos es necesario proveerlos de materia prima, como en el caso del ixtle, y para ello trabajan en un plan que permita continuar la tradición.
Citó el caso de las canastas de alambre, sólo 10 personas saben su elaboración, situación similar en el caso de las tejedoras de borrego, por lo que el objetivo es preservar ese conocimiento con creatividad y buscar crear modelos de negocio y una oportunidad para detonar y comercializar sus productos.