La danza del manto y la corteza terrestre: equilibrio de fuego

El continuo accionar de ambos sigue formando supercontinentes



Terremotos, fisuras y aberturas en la tierra son consecuencia del movimiento en las placas tectónicas, grandes porciones de litósfera que se ubican debajo de la corteza terrestre.


Sin embargo, el desliz de estas estructuras del planeta es consecuencia de la interacción con el núcleo de la tierra, un sitio extremadamente caliente y viscoso.


Lo sorprendente de todo es que el manto continúa con su poder, al seguir creando supercontinentes, en tanto que la corteza los separa, en un equilibrio perfecto.


Con este descubrimiento, investigadores han creado, mediante una computadora, un nuevo modelo de la Tierra, ya que descubrieron que el continuo desplazamiento se asemeja a un caparazón, pero sin estar unido.


Así en el modelo, el 60% del movimiento tectónico en la superficie virtual fue impulsado por fuerzas superficiales, en los primeros 100 kilómetros. Esta convección del manto resultó importante, pues los continentes se unieron y formaron supercontinentes; sin embargo, las fuerzas superficiales dominaron pues estos se separaron, lo que convirtió al modelo en el primero que “observa” la corteza y el manto como un sistema dinámico e interconectado.


Por ello, y para entender mejor la interrelación de estas dos superestructuras del planeta, fue necesaria la recreación de este modelo, así como su retroalimentación, pues fue creado con parámetros realistas, desde el flujo de calor, hasta el tamaño de las placas tectónicas y el tiempo que se tardan en formar y desarmarse los supercontinentes.


Ahora se busca unir el modelo y el mundo real con observaciones, para explorarlo todo, desde volcanes, hasta cómo se forman los bordes de las placas y cómo se mueve el manto con la rotación de la Tierra.