2021: reto de todos

Ya se sabe que el proceso electoral que se vive en Sonora, y que habrá de llevar a la sociedad a la emisión de su voto el 6 de junio de 2021, será uno de los más reñidos en la historia de la entidad.

Si es cierto, cada vez se dice que será la más grande elección, pero en esta ocasión habrá de vivirse algo inédito: campañas en medio de una pandemia.

Es posible que muchos de los eventos multitudinarios vividos en anteriores procesos sean cancelados en esta ocasión para dar paso a que los medios de comunicación y otras vías tecnológicos permitan el acercamiento de la población a quienes les estarán ofreciendo el sol, la luna y las estrellas.

Como muchas acciones no estarán abiertas al público, es posible que a algunos funcionarios públicos les entre la tentación de querer usar equipo oficial o dinero proveniente de los impuestos para financiar a algunos de sus candidatos favoritos.

Es por ello que hacen bien la Contraloría del Estado, el Instituto Estatal Electoral y la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales para capacitar a los servidores públicos, una vez más, sobre lo que no deben de hacer a favor de sus “gallos” en tratándose de los recursos del gobierno.

El llamado blindaje electoral, ciertamente, no debería existir porque lo ideal sería que los trabajadores de todos los niveles en el gobierno actuaran con honestidad y se dedicaran exclusivamente a sus labores en los horarios establecidos.

Ojalá y no sean utilizadas camionetas, equipo, programas sociales y otras acciones pagados con el erario oficial para destinarlo a labores como entregas de despensas, propaganda o traslado de lo utilizado por los candidatos durante sus campañas y mucho menos acarreo de gente a los lugares de encuentro o las urnas.

Y,  sobre todo, ojalá y ningún funcionario quiera torcer la voluntad popular mediante el uso de sus influencias o cargos para influir en los integrantes de las instituciones electorales porque entonces la democracia y los ciudadanos habrán de salir perdiendo.

No hay que referirse únicamente a un partido para decir que son “malos”. A estas alturas, en todos los partidos hay personas que comulgan con las viejas historias de que para ganar hay que derrochar muchos recursos el día “D”, es decir el 6 de junio cuando los ciudadanos acudan a las urnas.

Hoy mas que nunca debe evitarse la compra de votos o de conciencias y aprender a vivir en la democracia, mediante la cual las mayorías ganan y nadie tiene derecho a torcer el rumbo de la participación ciudadana.

Se viven otros tiempos. La oportunidad de una verdadera transformación del país, no el simulacro que hoy se vive, está en las manos de cada ciudadano.

Hay que tener en la conciencia la necesidad de votar conforme sea la voluntad individual y no sesgada por las dádivas o los compromisos de campaña para darle trabajo o dinero cuando sean autoridades los que andarán en busca del sufragio.

Aprendamos a ser ciudadanos reales, no acomodaticios a como el viento esté soplando. Votar conforme a la conciencia de cada uno debe ser la vía para construir un país mas justo y democrático.

Comentarios: francisco@diariodelyaqui.mx