Para muchas personas, el fondo de pantalla del celular o la computadora no es solo una imagen decorativa, sino una ventana emocional. Una de las elecciones más comunes es colocar una fotografía de los hijos, una práctica que, según la psicología, revela más de lo que parece sobre los vínculos afectivos y la vida emocional de quien lo hace.
Colocar la imagen de los hijos como fondo de pantalla puede ser una manifestación de apego emocional, una manera simbólica de mantenerlos cerca cuando no se puede estar con ellos físicamente. Esto es particularmente común entre padres y madres que pasan largas jornadas laborales o que tienen que viajar con frecuencia.
RAZONES POR LAS QUE PONES A TUS HIJOS DE FONDO DE PANTALLA, SEGÚN LA PSICOLOGÍA
Desde el punto de vista de la psicología existen diversas razones, entre ellas son:
UN ACTO DE AMOR Y APEGO
De acuerdo con especialistas en salud mental, quienes eligen imágenes de sus seres queridos, especialmente de sus hijos suelen tener una orientación relacional muy marcada: valoran el afecto, la compañía y el cuidado como pilares importantes de su bienestar personal.
NECESIDAD DE CERCANÍA EMOCIONAL
Para algunos padres, ver la imagen de sus hijos durante el día representa un refugio emocional. Es una forma de sentir su presencia, de recordar momentos felices y de sobrellevar el estrés cotidiano con un estímulo positivo.
IMAGEN IDEALIZADA
Algunos expertos advierten que esta práctica también puede ser un reflejo de una necesidad de proyectar una imagen de familia ideal, algo que puede no corresponder del todo con la realidad. En esos casos, el fondo de pantalla puede funcionar como una forma de buscar validación externa o reforzar una autoestima que depende de factores sociales.
AUTOESTIMA Y SATISFACCIÓN PERSONAL
Si la elección de la imagen obedece a recuerdos felices, experiencias compartidas y momentos auténticos, también puede ser un signo de una autoestima saludable y de satisfacción con la vida familiar. En cambio, si la imagen representa más una fachada que una vivencia real, puede generar presiones innecesarias para sostener una apariencia que no siempre se ajusta a lo cotidiano.
Poner una foto de hijos en el fondo de pantalla va más allá de lo estético. Es una declaración emocional que puede reflejar amor, deseo de cercanía, orgullo, pero también expectativas idealizadas.