Aunque ya pasaron más de dos décadas desde que se dejaron de grabar nuevos episodios de El Chavo del 8, la serie continúa viva en la memoria de millones de latinoamericanos.
Las historias protagonizadas por el carismático niño que vivía en una vecindad, junto a personajes como Kiko, La Chilindrina, Don Ramón y Doña Florinda, siguen cautivando generaciones.
La creación de Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como Chespirito, comenzó su emisión en la década de los 70 y aún hoy conserva una enorme popularidad, tanto en televisión como en plataformas digitales.
UNA JOYA PARA LOS FANÁTICOS
Uno de los episodios más recordados y queridos por los fans es, sin duda, el que se grabó en Acapulco. Este capítulo no solo fue especial por haberse filmado fuera de los estudios, sino también por el ambiente veraniego que ofreció una mirada diferente a los personajes y sus dinámicas.
La historia se desarrolló en el entonces llamado Hotel Acapulco Continental, un complejo hotelero que aún existe, aunque ha sufrido varios cambios con el paso del tiempo.
Actualmente, el lugar lleva el nombre de Hotel Emporio Continental y presenta una imagen muy distinta a la de los años 70.
TRANSFORMACIONES DEL ICÓNICO HOTEL
Hoy en día, el hotel cuenta con una moderna bahía destinada al estacionamiento de vehículos, una adición que ha modificado significativamente la fachada original. A pesar de estas renovaciones, algunos rincones del lugar se mantienen casi intactos, conservando ese aire nostálgico que tanto emociona a los seguidores de la serie.
Una de las áreas que se ha mantenido como en aquellos tiempos es la famosa puerta giratoria, aquella donde El Chavo tuvo dificultades para entrar y terminó mareado de tantas vueltas. Este lugar se ha convertido en un punto turístico imperdible para quienes visitan Acapulco, ya que muchos aprovechan para recrear la cómica escena.
También la piscina, donde transcurre gran parte del episodio, sigue siendo una de las principales atracciones del hotel y un sitio especial para los admiradores de la serie, quienes reconocen de inmediato el escenario.
UN CAPÍTULO QUE MARCÓ DESPEDIDAS
El episodio emitido en 1977 no solo se recuerda por su ambientación única, sino también porque marcó un antes y un después en la serie. Fue uno de los pocos capítulos grabados fuera de los estudios y también el último en el que aparecieron dos personajes clave: Kiko, interpretado por Carlos Villagrán, y Don Ramón, encarnado por Ramón Valdés.
Ambos actores se despidieron del programa poco tiempo después, iniciando nuevos caminos en sus carreras.
A pesar de los años, el legado de El Chavo del 8 sigue presente, y el hotel de Acapulco donde se grabó este memorable episodio continúa siendo un símbolo de aquella época dorada de la televisión mexicana.
