Cuando sufrimos un corte menor, encontrar una forma segura y eficaz de acelerar la cicatrización es clave. Diversos remedios naturales han sido estudiados por su potencial antibacteriano, antiinflamatorio y regenerador.
A continuación se describen tres opciones respaldadas por investigación y recomendaciones médicas.
REMEDIOS NATURALES QUE AYUDAN A CICATRIZAR CORTADAS RÁPIDAMENTE

Miel pura (idealmente miel de Manuka)
La miel es reconocida por sus propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y antioxidantes. Estudios estiman que la miel puede acelerar la cicatrización de heridas agudas, reducir la formación de cicatrices y limitar el crecimiento bacteriano. La miel de Manuka incluso se usa en apósitos médicos por su potencia antimicrobiana.
Aplicación recomendada: limpiar bien la herida, aplicar una capa fina de miel natural (sin aditivos), cubrir con gasa estéril y cambiar diariamente.
Gel de aloe vera
El aloe vera contiene compuestos que estimulan la regeneración celular y la producción de colágeno; además, retiene la humedad y reduce la inflamación. También posee acción antimicrobiana y aceleradora de cicatrización, especialmente en cortes y quemaduras leves.
Aplicación recomendada: extraer gel fresco de una hoja de aloe limpia, aplicar sobre la zona afectada, dejar absorber y cubrir si es necesario.
Caléndula (maravilla o pot marigold)
La caléndula officinalis tiene efectos antiinflamatorios, antibacterianos y antioxidantes que favorecen la regeneración del tejido y la formación de vasos sanguíneos en la zona de la herida. Se ha usado tradicionalmente en ungüentos para heridas menores con resultados prometedores.
Aplicación recomendada: preparar una infusión con flores de caléndula, enfriar y usar como compresa, o mezclar aceite portador con extracto de caléndula para aplicar de forma tópica.
Estos tres remedios naturales —miel pura, gel de aloe vera y caléndula— combinan propiedades científicas comprobadas con aplicaciones fáciles en casa para ayudar a cicatrizar cortes menores más rápidamente. Siempre se deben complementar con cuidados básicos: limpieza con agua y jabón, apósito limpio y observación. Ante signos de infección como dolor persistente, enrojecimiento creciente o secreción, lo mejor es consultar con un profesional de salud.