México, ¿potencia mundial?

Los extraños y los propios nos preguntamos por qué México no es una potencia mundial si cuenta con dos millones de kilómetros cuadrados de territorio, lo que es cuatro veces la superficie de España; tiene 130 millones de habitantes, cuenta con una frontera directa de más de tres mil kilómetros con Estados Unidos, un mercado rico, con una costa bañada por el golfo de México, y el mar Caribe, que forman parte del Océano Atlántico y un enorme litoral bañado por el Océano Pacífico, con el mar de Cortés o golfo de California, el famoso “acuario del mundo”, con toda la variedad de climas y hasta microclimas, con todo tipo de paisajes, con desiertos, mares, sierras, bosques, con algunos de los mejores lugares turísticos del mundo, con todo tipo de minerales y en grandes cantidades, petróleo, diversidad étnica, riqueza cultural a raudales y descendiente de grandes culturas como la maya y azteca, y, por el contrario, en nuestro querido México, uno de cada dos de sus habitantes es pobre. Increíble, pero cierto. Esa es nuestra realidad, pero ¿cuáles son las razones de esta situación?



Las respuestas son varias, pero estas son algunas de las razones según personas que han vivido, trabajado o tienen contacto directo con países del primer mundo: la mentalidad y la disciplina, es lo principal, asegura Alejandro Inzunza, quien trabaja con cinco compañías europeas, cuatro alemanas y una holandesa, quien comenta, Alemania, por ejemplo, tiene tal vez un 30% de los recursos que nosotros tenemos, con una quinta parte de nuestra extensión territorial, con tierras de cultivo no tan productivas, al grado que el gobierno tiene que subsidiar la agricultura, con un clima que no atrae mucho turismo, sin petróleo, sin minerales, sin mares, sin ganadería, pero cuentan con una característica indispensable para superarse: mentalidad  y disciplina; dedicación a la ciencia y tecnología; se adiestran para pensar y diseñar estrategias y proyectos y no para operar.



Aquí, en el país, tenemos el estigma de que desde siempre nos han saqueado, somos agachones, corruptos y nos odiamos entre sí, al grado de matarnos unos a otros, así como dice el dicho “el peor enemigo de un mexicano es otro mexicano”. No hemos aprendido a actuar con responsabilidad colectiva.



Es urgente romper paradigmas como el que no tranza no avanza, ahorita o mañana lo hago, y, por otra parte está nuestra fuertemente marcada falta de disciplina. No nos gusta respetar las reglas por más mínimas que sean de convivencia social, ni las leyes, derechos y personas. Nos falta autocritica, acabar con el “no pasa nada”, “nadie me ve”, “ahorita lo hago”, primero la fiesta y luego la responsabilidad. Nos urge dejar atrás el ser ciudadanos tibios con políticos rapaces en un ruedo de impunidad que está acabando con todo a nuestro alrededor. Nos urge un cambio de actitud, elegir gobernantes razonadamente, trabajar más duro o el país se seguirá cayendo a pedazos con lo que esto significa para todos.



“Amo a mi país, pero él no me ama a mí” Gerardo Enciso