El diputado Álvaro Ibarra señaló que con esta herramienta habrá certeza sobre el proceder de maestros, estudiantes y familiares cuando ocurra un posible caso de comportamiento suicida.
“Datos duros, tanto a nivel nacional y mundial, refieren al suicidio como un problema de salud pública, el cual se deriva de problemas emocionales y psicológicos”, dijo el priísta.
“El fondo de esta iniciativa es precisamente prevenir que algún alumno atente contra su vida, desde el momento en que las primeras conductas suicidas son identificadas, hasta el momento en que éstas se vayan a ejecutar”.
El legislador apuntó que, de acuerdo con estudios recientes, las personas más propensas a cometer un acto de este tipo se ubican entre 15 y 29 años y es el entorno educativo donde más fácil se puede detectar una conducta suicida.
El protocolo, añadió, ayudará a que instancias educativas, padres de familia y los propios alumnos puedan advertir cuando un alumno se encuentra con un problema psicológico o emocional y así poder canalizarlo a las instancias correspondientes.