Por: Michel Inzunza
Antes de fallecer, quienes convalecían presentaron síntomas como vómito, sudor, defecaban sangre, dolor de cabeza y cuerpo, entre otros padecimientos.
En aquel entonces nadie supo que pasaba. Las autoridades tradicionales ofrecieron una explicación: Se trataba de una bruja que había hechizado a la comunidad, dijeron.
Fieles a las creencias de sus ancestros la tribu sacrificó animales, realizaron danzas y otros rituales, pero nada funcionó; para septiembre de ese año sumaron más de 50 muertos.
Fue la organización Médicos Sin Fronteras quien confirmó que se trataba de un brote de ébola y hasta entonces, las autoridades sanitarias de ese país tomaron cartas en el asunto.
Si algo se puede concluir es que los pueblos indígenas carecen de información y de los medios para afrontar una pandemia como la que se vive actualmente por coronavirus y que al parecer ya cobró la vida de un indígena yaqui.
El 15 de mayo, Juan Silverio Jaime León murió en la Unidad Médica de Alta Especialidad del Instituto Mexicano del Seguro Social a causa de Covid-19.
Jaime León se desempeñaba como delegado de programas de Bienestar Social del Gobierno Federal en las comunidades yaquis y se sospecha que días antes de ser internado sostuvo un encuentro con autoridades tradicionales de Huírivis, mencionaron habitantes de esa comunidad. Además, como funcionario tuvo contacto con miembros de la tribu hasta el 3 de mayo.
Uno de los familiares del profesor Jaime León optó por aislarse en el interior de su casa, ubicada en Vícam Switch, lugar donde también residía Silverio y que es el principal punto de reunión de la tribu.
Los yaquis asisten a Vícam a los mercados y tiendas de conveniencia; algunos ahí laboran, otros acuden a cargar gasolina, a cajeros automáticos y a realizar actividades esenciales.
Se estima que en Vícam hay una población de ocho mil habitantes y que de forma indirecta conviven con otros siete mil yaquis que viven en los pueblos de Pótam y Huírivis.
Por ello, el que no se dé a conocer de manera oficial las causas de la muerte de Silverio pone en un riesgo total a los habitantes de la tribu, quienes además reclaman la falta de información sobre el Covid-19 y los servicios básicos para enfrentar la pandemia.
POBLACIÓN EN RIESGO
Aunque desconoce qué es el coronavirus, Brumelia Buitimea sabe que para no contagiarse debe evitar salir de casa; eso lo escuchó en televisión y se lo dijeron algunos vecinos.
La joven es madre de un par de mellizos de 10 meses de edad, a quienes alimenta con leche materna e ignora si debe haber cuidados especiales para ellos durante la pandemia.
Tiene conocimiento que durante la crisis sanitaria debe lavarse las manos constantemente, pero en el pueblo de Pótam, donde vive, no cuenta con agua y ya hace días que la Comisión Nacional (Conagua) no les envía pipas.
Por ello, algunos días recorre cuatro calles a pie hasta la casa de doña “Chabelita”, su abuela, para cargar cubetas de agua, otras veces compra el líquido y en ocasiones extremas lo toma del canal para consumirlo, aunque algunos estudios científicos comprueban que esa agua contiene arsénico.
La abuela “Chabelita” es una anciana mayor de 80 años que padece enfermedad pulmonar obstructiva crónica e hipertensión. Quien sufra estas afecciones aumenta el riesgo de enfermarse gravemente por Covid-19, según la Organización Mundial de la Salud.
La medida principal que deben seguir los pacientes con patologías respiratorias es seguir tomando sus medicamentos. En el caso de “Chabelita” consume salbutamol en aerosol, pero desde hace tiempo que no se lo proporcionan en el Centro de Salud.
El esposo de “Chabelita” es un adulto mayor enfermo de diabetes. Quien la padece también tiene un alto riesgo de contraer coronavirus. Como medidas precautorias el paciente debe tomar sus pastillas e insulina, medir niveles de azúcar y tener un suministro para -al menos- dos semanas, pero sin atención clínica es imposible seguir esas instrucciones.
YAQUIS EN EL OLVIDO
De acuerdo con los testimonios de los habitantes, si bien el Centro de Salud de Pótam no está cerrado completamente, sólo atiende a 10 personas al día, además el personal médico que ahí labora no está capacitado para tratar casos de Covid-19.
En plena pandemia las autoridades sanitarias están ausentes, no se cuenta con agua potable, no hay medicamentos, no se realizan labores de limpieza y además del coronavirus está latente un brote de dengue, zika o chikungunya.
Tampoco se les brinda información suficiente sobre qué es el coronavirus, cómo prevenirlo, quién es la población en riesgo y cuáles son los síntomas, por ello muchos miembros de la tribu no creen en esta infección.
En la comunidad hay familias de 10 integrantes que sobreviven con 800 pesos a la semana, en otras se toma café y se comen tortillas de harina una vez al día.
Uno de los reclamos es que ningún nivel de Gobierno se preocupa por enviar una despensa a las familias más necesitadas.
JURISDICCIÓN SANITARIA RESPONDE
Personal de la Jurisdicción Sanitaria 4 confirmó que ha asistido a los centros y casas de Salud de Ráhum, Belem, Pótam, Huíviris, Loma de Guamúchil y Vícam.
A través de la estrategia de extensión de cobertura a la salud se capacitó a los miembros de la comunidad en materia de prevención de coronavirus, también se reunieron con autoridades tradicionales para informar sobre la pandemia.
En caso de que haya casos sospechosos y confirmados, la recomendación es que esos pacientes se aíslen en sus domicilios y que acudan con el médico ante cualquier síntoma respiratorio.
En las comunidades yaquis se realiza perifoneo, se colocan carteles, trípticos, se informa cuáles son las medidas de prevención universal, se imparten pláticas y se capacita al personal de Salud que ahí labora.
En el Centro de Salud de Pótam laboran dos médicos y una pasante, afirmaron las autoridades; sin embargo, no existe vacuna para combatir el Covid-19 y la medida más efectiva para prevenir el contagio es el distanciamiento social.
Es importante recalcar que el coronavirus sí existe, es real y actualmente se encuentra en una etapa de dispersión social que no respeta estratos sociales, género, raza, edad y grupo étnico, puntualizaron.
PLANTEAMIENTO DE LA TRIBU ANTE EL COVID-19
De manera propositiva, el grupo Cuerpo Técnico de la Autoridad Tradicional Yaqui propone reducir los riesgos de contagio de la siguiente manera:
En primer lugar, suspender eventos, festividades o reuniones dentro del territorio; aislamiento preventivo total para todo el territorio de la tribu yaqui; toque de queda a cargo de la guardia tradicional yaqui o ejército yaqui; barrido total del territorio por personal de Salud calificado para identificar y tratar síntomas respiratorios con seguimiento evolutivo de los casos.
Es sumamente importante fortalecer por todos los medios la educación para la salud en materia de mecanismos de propagación del virus y síntomas de la enfermedad, así como también, mejorar la percepción del riesgo de la población y garantizarle la canasta básica estandarizada, servicios, medicamentos y atención médica.
Este planteamiento es similar al que se hizo en Sierra Leona en 2014 para combatir el ébola: Cambiar la estrategia y adecuarla a la estructura social de los pueblos originarios, hasta que se acepte que el virus es real.