La década de los cincuenta fue una época de brillo y elegancia para Hollywood, y pocas imágenes lo retratan tan bien como la infame fotografía tomada durante una cena de gala organizada por los estudios Paramount en 1957.
Aquel evento, que reunió a luminarias como Barbara Stanwyck, Gary Cooper, Shelley Winters y Montgomery Clift, pasaría a la historia por un instante capturado entre dos estrellas: Jayne Mansfield y Sophia Loren.
UNA LLEGADA QUE NO PASÓ DESAPERCIBIDA
Jayne Mansfield, con apenas 24 años y tras haber firmado un contrato de siete años con Warner Bros., se encontraba en pleno ascenso. Rival de Marilyn Monroe en la pantalla y en el estilo, Mansfield sabía cómo robar cámara.
Aquella noche en Romanoff’s, llegó cubierta con un llamativo abrigo de piel, y al quitárselo reveló un vestido de satén sin espalda y de escote pronunciado, que no dejó indiferente a nadie.
Sophia Loren, por otro lado, era nueva en Hollywood. Tenía 22 años, venía de Italia y había sido recientemente contratada por Paramount tras una serie de éxitos en el cine europeo. Criada bajo el régimen fascista de Mussolini y descubierta por el productor Carlo Ponti, Loren representaba una belleza más clásica y europea, en contraste con la explosividad americana de Mansfield.
EL MOMENTO QUE LO CAMBIÓ TODO
Cuando Mansfield se sentó junto a Loren, los fotógrafos no tardaron en capturar lo que se convirtió en una de las imágenes más comentadas de la historia del cine. En la foto, Mansfield sonríe al lente, mientras Loren desvía la mirada con una expresión mezcla de sorpresa, incomodidad y alerta directamente hacia el revelador escote de su compañera de mesa.
El contraste era evidente: la sofisticación discreta de Loren frente a la provocativa actitud de Mansfield. Y esa dualidad ha fascinado al público durante décadas, simbolizando no solo un choque de estilos, sino también de culturas, de formas de entender la fama y la feminidad.
MÁS ALLÁ DE LA IMAGEN
Lo que ha mantenido viva esta fotografía durante más de seis décadas no es solo el momento capturado, sino las lecturas e interpretaciones que se le han dado con el tiempo. Figuras como Heidi Klum, Anna Nicole Smith, Sydney Sweeney y Sofía Vergara han recreado la escena como homenaje, aunque también ha sido objeto de crítica.
Para muchas personas, esta imagen refleja cómo los medios de comunicación han fomentado rivalidades femeninas, alimentando el mito de que las mujeres siempre están en competencia. Sin embargo, en realidad, Mansfield y Loren nunca volvieron a verse después de esa noche.
UNA MIRADA TEMEROSA, NO ENJUICIADORA
En una entrevista realizada en 2014, Sophia Loren fue clara sobre lo que realmente sintió en ese momento. “Mira la foto. Estoy mirando los pezones de Jayne porque tenía miedo de que se cayeran en mi plato”, declaró con humor. Y es que más que juzgarla, la preocupación de Loren era genuina: temía que algo del vestido de Mansfield terminara provocando un accidente
Para Mariska Hargitay, hija de Jayne Mansfield y actual estrella de televisión, la imagen tuvo un peso emocional importante en su infancia. En su documental "Mi mamá Jayne", explora la carrera y vida de su madre, tratando de reconciliar la figura pública con la persona que apenas conoció, ya que Mansfield falleció cuando ella tenía apenas tres años. Hargitay confesó que durante años le costó ver esa imagen, especialmente por la expresión con la que Loren miraba a su madre.
